Esta semana sólo salimos hasta la vuelta de la esquina ya que, de la mano de La tabla de Flandes, paseamos por una de las ciudades más bonitas de España.
Es un libro que leí hace bastantes años pero recuerdo que las páginas se me quedaban cortas cada vez que las pasaba, así que es otro libro más que recomendable si aún no lo habéis leído. Como el título sugiere, el argumento se desarrolla en torno a una partida de ajedrez y a un misterio en el que se ven envueltos los personajes, con asesinatos incluidos. Diversión asegurada para aquellas mentes que disfruten con este juego.
Tienda de antigüedades
Uno de los escenarios más frecuentes es la tienda de antigüedades de César Ortíz, y aunque es ficticia, en Madrid se concentra una gran cantidad de ellas.
El rastro
El mercado callejero por antonomasia del que oímos hablar desde que tenemos uso de razón (por lo menos yo). Cualquier cosa que imagines se puede encontrar cualquier domingo en torno a la calle Ribera de Curtidores. Artículos nuevos y de segunda mano en un mismo espacio.
La Plaza Mayor
Unos pocos metros separan esta plaza de otro lugar más que conocido de Madrid, la Puerta del Sol. Data del siglo XVI y diseñada por Juan de Herrera. A lo largo de la historia ha tenido nombres tales como Plaza de la República o Plaza de la Constitución, pero Plaza Mayor es el que mejor la define.
La Cafetería Palace
Un espacio absolutamente sibarita al más puro estilo inglés. Dicen que es una cafetería de paso obligado pero si nuestro bolsillo no quiere sufrir es mejor tomarse cualquier refresco en el Retiro.
Recopilando fotografías para esta entrada, he descubierto que existe una adaptación cinematográfica (de la cual no tenía noticia alguna) pero no debió de tener mucho éxito.
¡Coged vuestro abono y pasead por Madrid sin apuntes ni prisas por perder el metro!
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